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Hallan en el Portitxol de Xàbia más de cien anclas y tres posibles barcos romanos

Dos campañas de prospecciones submarinas muy fructíferas, pero cortas. La bahía del Portitxol de Xàbia y l’Illa (nombre de bella sencillez) dan para mucho más. Eso sí, los arqueólogos ya han descubierto un tesoro sin parangón. Esperaban encontrar unas 15 ó 20 anclas, la mayoría de época romana. Han hallado más de cien. «En este punto existe la concentración de anclas más importante de todo el Mediterráneo», afirmó ayer Jaime Molina, catedrático de Historia Antigua de la Universitat d’Alacant.

El Portitxol es un tesoro. Arqueológico, natural y turístico. Ahora el Ayuntamiento de Xàbia y la Universitat d’Alacant inician un proyecto más ambicioso. Se desarrollará durante cuatro años (las excavaciones podrían comenzar ya esta primavera) y, por primera vez, se investigará a fondo l’Illa del Portitxol, declarada BIC (Bien de Interés Cultural) en 2018. El proyecto trasciende la investigación. Quiere dar a conocer este singular patrimonio submarino. Se creará un museo o parque arqueológico sumergido.

Dieter Jay, un funcionario alemán hechizado por el Portitxol desde que en 2011 realizó la primera inmersión, planteó trazar una ruta de las áncoras. Pero con más de cien anclas la cosa debe tener más vuelo. Esta bahía va camino de acoger un museo bajo el agua. En la isla griega de Alónissos, en el mar Egeo, hay un museo submarino. Sumergirse en la historia.

Los vestigios del Portitxol reposan a 15 y 16 metros de profundidad. Es difícil encontrar un yacimiento subacuático tan a mano. Con todo, también se recreará virtualmente ese patrimonio para difundirlo en el museo Soler Blasco de Xàbia. No hará falta zambullirse para descubrir esa Atlántida de la arqueología que Dieter Jay, ya fallecido, exploró fascinado.

Las anclas constatan que el Portitxol fue un fondeadero natural al menos desde época fenicia. El arqueólogo y submarinista Álex Pérez explicó ayer que las que ya han documentado en estos fondos marinos abrazan todos los periodos históricos. Las hay líticas de época fenicia (una hallada ahora pesa media tonelada), romanas, bizantinas, andalusíes y modernas. La que cierra el recorrido por las anclas de la historia es una conocida como Rodger y está datada en el siglo XIX.

Álex Pérez desveló que este año han descubierto una «pieza excepcional y de la que solo hay dos paralelas en todo el mundo». Es un lastre de plomo de época fenicia.

«Tener inventariado y controlado este patrimonio también es importante para evitar expolios», advirtió Jaime Molina.

Los arqueólogos han documentado ahora tres posibles derrelictos (barcos hundidos). Han encontrado acopios de ánforas que podrían haber formado parte del cargamento de tres naves romanas que se fueron a pique.

El proyecto de investigación a cuatro años permitirá excavar estos pecios y l’Illa del Portitxol. Los expertos de la universidad utilizarán un dron para «desbrozar» virtualmente la ínsula. Esas imágenes ya empezaran a dar pistas sobre las posibles estructuras (los arqueólogos anhelan encontrar un templo) que la vegetación oculta.

El concejal de Cultura, Quico Moragues, avanzó ayer que el ayuntamiento aportará 18.000 euros cada año. En las campañas llevadas a cabo hasta ahora ha colaborado la Fundació Cirne, así como los buceadores del GEAS (Grupo de Actividades Subacuáticas) de la Guardia Civil y los voluntarios del IROX.

El arqueólogo de Xàbia Joaquim Bolufer recordó que en l’Illa han aparecido fragmentos de cerámicas fenicias y de sigilatas africanas. La isla tuvo en el siglo XIX bancales de viñas y se hizo pasa. Durante la Guerra del Francés vino al mundo aquí un insular. Sus descendientes llevaron por siempre el sobrenombre de «els de l’Illa».

La isla pertenece a la familia Pons. Guillermo Pons, visionario del ecologismo, evitó que se construyera en el Portitxol. Hoy es uno de los pocos tramos vírgenes del litoral valenciano.

En busca de un santuario fenicio en l’Illa del Portitxol

El Portitxol de Xàbia, uno de los pocos tramos que quedan vírgenes en el litoral valenciano, es un santuario natural y arqueológico. Pero los investigadores, en estos próximos 4 años de excavaciones en l’Illa del Portitxol y en los posibles derrelictos, quieren encontrar los vestigios del santuario de verdad. «Encontrar las estructuras de algún tipo de santuario de época fenicia sería lo máximo», advirtió ayer el catedrático de la Universitat d’Alacant, Jaime Molina. Mientras, el arqueólogo de Xàbia Joaquim Bolufer recordó que en la isla se conservaba la basa de una columna de piedra tosca que pudo pertenecer a una iglesia paleocristiana. En los años 80, desapareció. La robó un cazatesoros. También se han hallado en la isla restos de pavimentos de mármol.


FUENTE: PERIODICO EL LEVANTE